Las desventajas de Kefir incluyen su contenido de grasa saturada, su densidad de calorías relativamente alta y su gran concentración de azúcar. Kefir también interactúa pobremente con ciertos medicamentos. Las bacterias, la levadura y los probióticos que se encuentran en el kéfir también pueden causar problemas de digestión, como estreñimiento, cólicos intestinales y dolor de estómago.
Debido a las bacterias creadas durante el proceso de fermentación, el kéfir puede causar enfermedades e infecciones en personas con sistemas inmunológicos comprometidos. También agrava los síntomas de trastornos intestinales, como la enfermedad de Crohn y el síndrome del intestino irritable.
Los efectos secundarios potenciales son otra desventaja de kéfir. Las bacterias y los probióticos que se encuentran en el kéfir a menudo inducen varios efectos secundarios desagradables, especialmente cuando los usuarios comienzan a tomar kéfir por primera vez. Los efectos secundarios negativos incluyen náuseas, dolor abdominal, dolores de cabeza, diarrea, malestar estomacal, hinchazón y gases. Algunas personas reportan problemas en la piel como acné o forúnculos.
Kefir también causa picos de presión arterial peligrosos en personas que toman antidepresivos. Interfiere con la mayoría de los medicamentos inmunosupresores, como basiliximab, azatioprina, tacrolimus y prednisona. La investigación sugiere que el kéfir puede desencadenar migrañas en algunos pacientes.
Además, no hay pruebas concretas de que el kéfir sea una opción de tratamiento adecuada para cualquier afección médica. A pesar de las numerosas afirmaciones, no hay evidencia de que el kéfir mejore el colesterol alto, trate la diarrea inducida por antibióticos, cure la intolerancia a la lactosa o alivie las llagas en la boca.