Las espinacas frescas pueden sustituirse por espinacas congeladas en sus recetas favoritas. Sustituya 1 1/2 tazas de espinacas frescas por un paquete de 10 onzas de espinacas congeladas.
Las espinacas frescas deben estar marchitas o cocidas, para tener el mismo volumen y consistencia de las espinacas congeladas en una receta. La espinaca se puede cocer al vapor durante tres a cinco minutos hasta que esté tierna. También se puede saltear en una sartén con una pequeña cantidad de agua hirviendo con sal y agitar con frecuencia durante tres a cinco minutos. Al elegir si desea usar espinacas frescas o congeladas, considere el tipo de alimento deseado. Las espinacas frescas son mejores para sopas y ensaladas, mientras que las espinacas congeladas son perfectas para salsas, guisos y rellenos. La espinaca congelada es ideal para recetas en las que la espinaca es el ingrediente principal, como la spanakopita.