Los estudios demuestran que la luz promueve la vigilia y que las pantallas de las computadoras y los pequeños dispositivos electrónicos pueden distorsionar el cerebro y promover la vigilia. Los fotorreceptores en la retina señalan a nuestro cerebro sobre el mundo exterior cuando perciben la luz y la oscuridad.
Detectar la luz y la oscuridad ayuda a alinear los ritmos circadianos con el ciclo del día y la noche, lo que ayuda a las personas a estar alertas por la mañana y quedarse dormidas por la noche.
Los estudios muestran que los niños que usan los medios electrónicos como ayuda para dormir tienen horas de dormir más tarde entre semana y menos horas de sueño por semana. También reportan más somnolencia diurna. Los adolescentes que tienen un televisor en sus habitaciones tienen más tarde la hora de acostarse, más dificultad para iniciar el sueño y tiempos de sueño totales más cortos. La somnolencia diurna autoinformada aumenta dramáticamente cuando se envían mensajes de texto y correos electrónicos después de apagar las luces, incluso una vez por semana.