Las señales de que el salmón se ha echado a perder o se han echado a perder incluyen un fuerte olor a pescado y una textura viscosa. Si bien el salmón naturalmente tiene un ligero olor a pescado, el olor es extremadamente pronunciado y poco apetecible cuando el salmón es malo. Además, el salmón que se ha echado a perder tiende a tener un color ligeramente apagado.
Almacenar el salmón adecuadamente antes de usarlo es esencial para mantener el salmón fresco. El salmón enlatado y el salmón liofilizado son seguros cuando se almacenan en una despensa fresca hasta su fecha de vencimiento. El salmón fresco debe refrigerarse tan pronto como sea posible después de la compra. Si se ha abierto el empaque de salmón fresco, almacenarlo en un recipiente hermético puede ayudar a extender la fecha de caducidad y mantener el salmón fresco.
La congelación del salmón es otra forma de extender su fecha de vencimiento. Se conserva mejor cuando se almacena en un recipiente seguro para el congelador, ya que ayuda a preservar el sabor general del pescado. Por lo general, los productores de filetes de pescado miden la frescura del pescado según el momento en que se capturó el pescado y el color y la textura general del pescado, así como mediante el uso de contadores de bacterias especiales. Los investigadores han desarrollado recientemente un nuevo instrumento de medición que detecta con precisión la frescura del pescado antes de su distribución mediante el uso de tecnología de luz en varias longitudes de onda diferentes.