El invierno severo que azotó la ciudad hizo que la comida escaseara, por lo que los colonos recurrieron a comer todo lo que pudieron encontrar, incluidos perros, gatos y caballos, aunque otros descubrimientos arqueológicos sugieren que también pueden haber comido a otros seres humanos. De los 108 colonos que asentaron el área, solo 38 sobrevivieron los primeros 9 meses.
La colonia se fundó durante una de las peores sequías que afectaron a la región en cientos de años, lo que, combinado con otros factores, hizo que la colonia luchara por alimentarse solo unos meses después de su fundación.
La mayoría de los colonos tenían poca experiencia en el cultivo o el trabajo en la tierra. La enfermedad también tuvo un alto costo, y los miembros de la colonia sobrevivientes se volvieron casi totalmente dependientes de los nativos americanos locales y de los barcos de suministro para la alimentación.
Durante el invierno de 1609, la nave de suministro nunca llegó, y las relaciones con los nativos americanos se habían vuelto hostiles. En su desesperación, los colonos se vieron obligados a comer cualquier cosa, desde ratas hasta botas de cuero.
Si bien siempre se sospechó el canibalismo, no hubo pruebas hasta que se descubrieron los restos de una niña de 14 años. Los científicos dedujeron que ella llegó en un barco de suministros, y que probablemente era una sirvienta o sirvienta. Sin embargo, se desconoce si se trató de un caso aislado.