Porfirio Díaz fue el responsable de iniciar la Revolución Mexicana cuando arrestó a su opositor a la elección presidencial, Francisco I. Madero, y lo encarceló. Esto le permitió a Porfirio Díaz ganar las elecciones presidenciales mexicanas de 1910 y permanecer en el cargo que había ocupado durante casi 35 años.
Antes del arresto de Madero, Porfirio Díaz había creado una enorme tensión social entre los ricos y los pobres con sus políticas económicas y sociales. Durante su mandato, el país de México se modernizó y la economía se estabilizó. Díaz intentó emular a las potencias mundiales como Francia, Inglaterra y los Estados Unidos construyendo fábricas, minas, plantaciones, líneas telefónicas y vías férreas. Díaz también se rodeó de ricos asesores a los que finalmente se los denominó "científicos" o científicos, en un esfuerzo por promover la imagen de la modernización. La filosofía económica de Díaz en ese momento se llamaba positivismo. Los seguidores del positivismo apoyaron el progreso económico a toda costa y creyeron que los problemas sociales solo se podían resolver después de que se hubiera establecido una economía fuerte. Esta filosofía causó una enorme división social entre los ricos y los pobres en México durante el tiempo en el cargo de Díaz. Además, Díaz también vendió enormes porciones de tierras y recursos naturales mexicanos a inversionistas extranjeros. Estos inversionistas luego fueron a México y aprovecharon la clase baja aún más. El arresto de Madero durante las elecciones presidenciales mexicanas de 1910 fue la última gota que hizo que el país se rebelara en lo que ahora se llama la Revolución Mexicana.