Como los nacionalistas creían que su país era mejor que todos los demás, querían expandirlo. El imperialismo es la práctica de mantener colonias para beneficiar a la madre patria.
Los nacionalistas sintieron una fuerte lealtad hacia su país. Incluso pueden haber creído que su líder tenía ayuda divina para conquistar a todos los enemigos. Las personas conquistadas por estos colonos nacionalistas a menudo fueron llamadas "inferiores" o "salvajes"; de esa manera, los líderes podrían justificar la toma de sus tierras y propiedades.
Para 1900, muchos países importantes competían entre sí por colonias. El Imperio británico cubrió Canadá, India, Australia, partes de África e incluso una pequeña parte de América del Sur. Los franceses tenían partes de África, junto con Alemania. Rusia también tuvo Polonia, Estonia, Ucrania, Finlandia, Georgia y partes de Asia. Como los gobernantes de cada país pensaban que merecían gobernar a todo el mundo, el gasto militar aumentó. Los países también hicieron alianzas militares entre sí. La competencia por colonias con algunos países y alianzas con otros contribuyó al inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914.
La anexión rusa de Crimea es un ejemplo más reciente de nacionalismo e imperialismo. Sin embargo, la mayoría de los países de hoy no son imperialistas. La gente todavía siente el nacionalismo y el orgullo por su país, pero quieren éxito económico en lugar de expansión.