La familia de Wladyslaw Szpilman se vio obligada a vivir en el gueto de Varsovia y finalmente fue enviada en tren a un campo de concentración, donde fueron asesinados. Szpilman, un famoso pianista polaco, fue apartado de la multitud y no abordó el tren. En cambio, se escondió en Varsovia hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y se convirtió en el director del Departamento de Música de la Radio Polaca.
Antes de la guerra, Szpilman era el pianista oficial de la radio polaca. Pero como eran judíos, Szpilman y su padre, su madre, dos hermanas y su hermano se vieron obligados a abandonar su hogar y vivir en el gueto. Para mantener vivo a su familia, Szpilman eligió tocar el piano en el Café Nowaczesna, que era frecuentado por los nazis y sus simpatizantes. Szpilman trabajó arduamente para mantener a su familia a salvo cuando comenzaron las deportaciones a gran escala en 1942. Vio a miembros de su familia extendida, así como a amigos enviados a campos de concentración, pero a través de su valentía pudo mantener a su familia inmediata unida mas tiempo. Finalmente fueron enviados a su muerte en Treblinka, pero un amigo de Szpilman, Itzchak Heller, logró evitar que subiera al tren.
El coraje de Szpilman y la tragedia de su familia se recordaron en la película de 2002 "El pianista", dirigida por Roman Polanski.