El carbono es un elemento que tiene propiedades únicas que le permiten formar enlaces covalentes con otros elementos. Estos enlaces son importantes en la formación de células y son cruciales para la función de la respiración y la creación de energía por lo que es uno de los elementos más vitales de la vida.
En términos de la respiración y el metabolismo de los alimentos, el carbono es vital porque se combina con el oxígeno y la glucosa en los mamíferos para producir dióxido de carbono, agua y energía (en forma de calor). Aunque los mamíferos no requieren el dióxido de carbono y lo liberan a la atmósfera, las plantas lo utilizan para la fotosíntesis, haciendo uso de él en la forma opuesta a los mamíferos.
Las células están formadas por una serie de moléculas complejas conocidas como macromoléculas. Estos incluyen proteínas, ácidos nucleicos, carbohidratos y lípidos. Todos estos son subconjuntos de moléculas orgánicas, que son moléculas que contienen carbono. Debido a que el carbono está presente en estas moléculas, esto a su vez hace que el carbono sea vital para la vida.
La capacidad del carbono para formar enlaces covalentes lo hace versátil. Considerado un componente estructural básico, el carbono se conoce como la columna vertebral de las macromoléculas y uno de los componentes básicos de la vida. Es el cuarto elemento más abundante en la tierra.