La cromatografía separa los componentes de una mezcla en función de su afinidad por una fase estacionaria o móvil. Cada compuesto abandona el sistema a una velocidad diferente. Cuanto más rápido se limpie un compuesto, menor será su afinidad por la fase estacionaria.
Para un análisis cromatográfico, se usan dos fases para determinar el comportamiento de los compuestos que forman una mezcla. Como la fase estacionaria permanece inmóvil, la fase móvil transporta la muestra que necesita ser analizada. Un compuesto que tiene una alta afinidad por la fase estacionaria toma más tiempo para abandonar el sistema, mientras que un compuesto que tiene una alta afinidad por la fase móvil se expulsa muy rápidamente. A veces, los instrumentos analíticos se combinan con la cromatografía para proporcionar resultados precisos y altamente detallados.
Hay varios métodos cromatográficos que se utilizan para identificar y separar compuestos, entre ellos, cromatografía de gases, cromatografía líquida de alto rendimiento, cromatografía de capa fina y cromatografía líquida. La cromatografía de gases es adecuada para analizar compuestos orgánicos y utiliza una fase móvil gaseosa y una fase estacionaria líquida o sólida. La cromatografía líquida de alto rendimiento es un método altamente eficiente, ya que utiliza bombas de alta presión para mejorar el proceso de separación. Los iones metálicos y los compuestos orgánicos se separan mediante cromatografía líquida, un método que utiliza un disolvente como fase móvil.
La cromatografía se utiliza para analizar pequeñas muestras de mezclas complejas, como medicamentos, pesticidas o alimentos.