La fricción es una fuerza que trabaja contra el movimiento. Al caminar, la fricción nos ayuda a mantener nuestra estabilidad y evita que nos resbalemos. La fricción también funciona de la misma manera con automóviles y vehículos en general, evitando que patinen y ayudándolos a detenerse cuando se aplican los frenos.
Considera dos situaciones diferentes. En una situación, estás caminando sobre un pavimento en un día cálido y agradable, sintiendo el concreto debajo de tus zapatos. En la segunda situación, estás caminando en el mismo pavimento en un día helado de invierno, sintiendo el hielo resbaladizo debajo de tus zapatos. En el segundo escenario, el hielo reduce la fricción, lo que hace que se resbale. En el primer escenario, hay más fricción entre tus zapatos y el concreto. Dado que la fricción es una fuerza que actúa contra el movimiento, la fricción entre tus zapatos y el concreto actúa contra el movimiento de tu resbalón y caída.
La fricción también es necesaria para realizar muchas tareas simples en nuestra vida diaria. Tomemos la escritura por ejemplo. Cuando sostiene su pluma o su lápiz, la fricción entre las puntas de sus dedos y la pluma es lo que evita que la pluma se resbale de su mano. Piense en intentar lijar un bloque de madera o cortar un bloque de madera por la mitad con una sierra: la fricción funciona en ambos casos.
A pesar de que la fricción se ve popularmente como una fuerza que aumenta el consumo de gas de los vehículos o que causa la generación de calor entre las partes móviles, hace del mundo un lugar mucho más seguro para vivir y ciertamente nos ayuda a aumentar nuestra productividad. .