Las bacterias se reproducen exponencialmente, lo que significa que una bacteria se convierte en dos, dos en cuatro, cuatro en ocho, y así sucesivamente. Debido a esto, las poblaciones de bacterias se pueden duplicar en cuatro a veinte minutos, lo que les da la capacidad de formar millones de células en tan solo unas pocas horas.
En condiciones perfectas, una célula bacteriana puede, en teoría, multiplicarse a mil millones de células individuales en solo diez horas. El éxito de la bacteria que se reproduce a sí mismo se debe en gran parte al hecho de que se reproducen tan rápidamente y son sobrevivientes muy resistentes. Contrariamente a la creencia popular, la congelación de alimentos no mata las bacterias, solo retarda su crecimiento. Así que una vez que los alimentos se calientan de nuevo, las bacterias comienzan a reproducirse inmediatamente a su ritmo normal.