Un estímulo biológico es cualquier cambio externo en el ambiente que puede ser detectado por un organismo. La capacidad de responder a un estímulo se llama irritabilidad y es una condición necesaria para la vida.
Un ejemplo de un estímulo es una persona que coloca una mano sobre una superficie caliente. La temperatura es el estímulo, y el individuo se protege a sí mismo retirando su mano. Otros estímulos incluyen la capacidad de un organismo para detectar el pH, la salinidad o la luz en su entorno. Todos los organismos deben mantener la homeostasis, un ambiente interno estable. La homeostasis solo puede lograrse a través de la detección y respuesta al medio ambiente.