El Plan de Unión de Albany fue propuesto en 1754 para unir a las colonias norteamericanas de Gran Bretaña bajo un gobierno más central. Esto permitiría cooperar mejor durante el próximo conflicto con los franceses e indios, y también ayudaría a las colonias a resolver sus diferencias territoriales.
El Plan de Unión de Albany fue propuesto inicialmente por Benjamin Franklin y redactado por un comité del Congreso de Albany. Aunque fue el primer intento de unificación de las colonias, no pretendía fomentar la independencia del gobierno británico, sino facilitar la comunicación y la cooperación entre las colonias. Propuso un presidente general que presidía un gran consejo formado por delegados de las distintas colonias. Además de regular las relaciones con los indios y resolver los desacuerdos territoriales, estos representantes tendrían la autoridad de imponer impuestos para el apoyo del gobierno colonial.
Después de debatir sus detalles y redactar una versión final, el Congreso de Albany votó para adoptar el plan el 10 de julio de 1754. Sin embargo, las asambleas coloniales individuales rechazaron el plan. Les preocupaba que la autoridad central les hiciera perder comercio, territorio y autonomía. Partes del Plan de Albany proporcionaron inspiración cuando los padres fundadores redactaron los Artículos de la Confederación después de la Guerra Revolucionaria.