Andrew Jackson no tuvo éxito en su campaña para presidente en la elección de 1824, perdiendo contra John Quincy Adams. Sin embargo, Jackson se postuló nuevamente para la presidencia en la elección de 1828 y ganó. Jackson cumplió dos mandatos en el cargo y fue sucedido por Martin Van Buren en 1837.
El resultado de las elecciones de 1824 fue inusual, ya que Jackson recibió más votos que cualquier otro candidato. Recibió 99 votos en el Colegio Electoral, y su oponente más fuerte, John Quincy Adams, recibió 84 votos. Jackson también dominó el voto popular, asegurando el 43 por ciento de los votos en comparación con el 30 por ciento de Adams. Debido a que ni Jackson ni Adams obtuvieron la mayoría de los votos en el Colegio Electoral, le tocó al presidente de la Cámara de Representantes, Henry Clay, decidir quién se convertiría en el sexto presidente. Casualmente, Clay también se postuló para presidente en la elección de 1824, pero terminó cuarto en el Colegio Electoral.
Dado que Clay era un conocido crítico de Jackson durante su campaña previa a las elecciones de 1824, eligió a Adams para la presidencia. A cambio, Adams nombró a Clay secretario de estado. El acuerdo entre Clay y Adams fue denominado "la negociación corrupta" por los partidarios de Jackson.
La elección de 1824 fue un momento crucial en la política estadounidense. Ese año marcó el final del Sistema del Primer Partido y contó con dos partidos políticos nacionales: el Partido Federalista y los Republicanos de Jefferson. En 1824, ningún federalista se postuló para un cargo, y había cinco candidatos que se postulaban como demócratas-republicanos.