Si bien el dolor y la sensibilidad son comunes después de un tratamiento de conducto, el dolor intenso y la presión que duran más de unos pocos días pueden indicar un problema que debe ser abordado por un dentista, según WebMD. Las posibles causas de dolor severo incluyen una grieta en la raíz del diente, una restauración dental defectuosa que haya permitido la entrada de bacterias o un ajuste incorrecto de la nueva corona.
El dolor y la presión leves ocurren después de cualquier canal de la raíz a medida que el cuerpo completa el proceso de curación, según la Asociación Americana de Endodoncia. Estos síntomas son temporales y, por lo general, se pueden controlar con analgésicos de venta libre como el naproxeno o el ibuprofeno. El nuevo diente se sentirá diferente en la boca durante varios días, pero no debe haber un dolor intenso que impida la actividad normal. La mayoría de las actividades se pueden reanudar el día siguiente a un tratamiento de conducto.
Si la corona permanente aún no está colocada en la boca, el paciente debe evitar masticar el diente que tenía un conducto radicular para evitar que se rompa antes de colocar el diente permanente, según WebMD. El tratamiento del canal de la raíz es muy exitoso en la reparación de dientes dañados y, una vez completado, puede durar toda la vida. Es importante volver al cepillado y el uso de hilo dental normales después de un conducto radicular para garantizar la salud de los dientes.