La fortaleza más notable de la teoría de los rasgos es su claridad, lo que la hace fácil de entender. Esta facilidad de comprensión hace que la teoría de los rasgos sea fácil de implementar, facilitando su uso en el desarrollo de varios dispositivos de evaluación para pacientes. Su principal debilidad es que no aborda completamente por qué o cómo se desarrollan los rasgos. Debido a su naturaleza estadística, la teoría de rasgos no ofrece ninguna aclaración sobre el desarrollo de la personalidad.
Otras fortalezas incluyen:
- Objetividad: la teoría de rasgos se basa completamente en el análisis estadístico o en datos duros. A diferencia de otras teorías, la experiencia personal o la subjetividad de los teóricos no se considera en la teoría de los rasgos. Dado que la interpretación personal de factores subjetivos puede llevar a ideas sesgadas; la teoría del rasgo no tiene sesgo.
Otras debilidades incluyen:
- No puede predecir el comportamiento futuro: la teoría de rasgos no tiene en cuenta sustancialmente los cambios de personalidad, tanto temporalmente como a largo plazo. Dado que no aborda el desarrollo de rasgos, ofrece poca o ninguna orientación sobre cómo cambiar los aspectos de los rasgos. No aborda cómo se pueden resaltar los rasgos positivos o cómo se pueden mejorar los rasgos negativos.
A diferencia de las otras teorías de la personalidad como las teorías humanistas o psicoanalíticas, el enfoque de la teoría de rasgos de la personalidad se centra principalmente en las diferencias entre las personas. La interacción y combinación de diferentes rasgos lleva a la formación de la personalidad que es única para cada individuo. La teoría de los rasgos identifica y mide estas características de personalidad.