Al absorber dióxido de carbono del aire y producir el oxígeno necesario para la vida, las plantas verdes forman la base para la salud a largo plazo y la sostenibilidad de todos los sistemas ambientales. Las plantas son los únicos organismos en la Tierra que pueden fabricar sus propios alimentos al convertir la energía solar del sol en alimentos.
El proceso mediante el cual las plantas convierten la energía luminosa en energía química se llama fotosíntesis. El agua y el dióxido de carbono se convierten en oxígeno y glucosa durante la fotosíntesis. La glucosa producida se almacena en forma de almidón o se usa para la respiración. El oxígeno se libera en el aire como un subproducto. Las plantas verdes son los componentes más cruciales de la cadena alimentaria. Todos los demás animales, ya sea directa o indirectamente, confían en ellos como alimento.
Numerosos organismos dependen de varias formas de vegetación como su principal fuente de refugio y seguridad. En una escala mayor, como en los bosques tropicales, las plantas pueden afectar los patrones de lluvia. Las plantas verdes moderan las temperaturas de la superficie al proporcionar una forma de enfriamiento natural cuando evitan el efecto de calentamiento del sol.
Las raíces de las plantas ayudan a unir el suelo; Esto conserva el suelo minimizando la erosión del suelo. Las hojas también reducen la erosión del suelo al reducir la velocidad y el impacto de las gotas de lluvia que caen. Las propiedades estéticas de las plantas verdes, como las flores, hacen que el ambiente sea más hermoso.