La Revolución Industrial fue importante porque cambió todos los aspectos de la vida y los negocios en Gran Bretaña. Con el nacimiento de la Revolución Industrial, las áreas rurales se convirtieron rápidamente en zonas de la industria urbanizadas.
La Revolución Industrial trajo avances en tecnología, transporte marítimo, ciencia, agricultura y construcción. Además, a medida que Gran Bretaña se convirtió en un importante centro de producción y comercio tecnológicamente avanzado, la economía se fortaleció y, como resultado, Gran Bretaña se convirtió en un país más rico.
En la agricultura, la Revolución Industrial dio lugar a una mayor demanda de cultivos, ya que la población se expandió rápidamente. Las nuevas tecnologías, incluidas herramientas, maquinaria, técnicas y fertilizantes, se desarrollaron rápidamente, lo que aumentó los rendimientos de los cultivos y la productividad agrícola. Antes de la Revolución Industrial, los nobles poseían tierras y los inquilinos trabajaban la tierra, cultivando todo lo necesario para mantenerse a sí mismos y a sus señores. Sin embargo, la Revolución Industrial trajo cambios, y diferentes áreas y propiedades comenzaron a especializarse en los cultivos o animales que cultivaban. Por ejemplo, el este de Inglaterra se especializó en cultivos de granos, mientras que Escocia se centró en la cría de vacas y ovejas. Esto llevó a un mayor comercio y diversidad económica, aumentando el comercio.
El aumento en la industria incrementó enormemente el comercio exterior e introdujo la producción en masa, alejando la manufactura de productos artesanales e industrias caseras hacia fábricas de gran escala. Las innovaciones tecnológicas se produjeron rápidamente, con mejoras en las tecnologías existentes y nuevas tecnologías que aumentan la eficiencia de la producción.