La revolución industrial comenzó por muchas razones, entre ellas el crecimiento de la población y las innovaciones financieras. La revolución comenzó en Inglaterra en la década de 1760.
A medida que la población crecía, la gente comenzó a moverse y a formar ciudades, lo que aumentó la demanda de productos. Los bancos también comenzaron a crecer y animaron a las personas a tomar riesgos de inversión. Otro factor que contribuyó al inicio de la Revolución Industrial fue la mejora de los métodos de transporte. Los métodos de transporte mejorados permitieron a las industrias transportar productos a otras partes del mundo. A medida que el comercio mundial se convirtió en una parte importante de la economía de Inglaterra, las políticas gubernamentales cambiaron para alentar el comercio exterior y comenzar a financiar compañías. Todos estos factores abrieron el camino para que otros países se unieran a la Revolución Industrial.