La sublimación es un proceso de cambio de fase en el que una sustancia se toma directamente de un estado sólido a un estado gaseoso sin convertirse en un líquido intermedio. Un ejemplo común de sublimación es el hielo seco.
La presión juega un papel importante en la sublimación porque tiene un impacto directo en la temperatura a la que una sustancia sufre un cambio de fase. Por ejemplo, si las condiciones de presión que rodean el agua bajan lo suficiente, se produce un punto triple, donde la sustancia existe en cantidades iguales en los tres estados. La sublimación del agua ocurrirá por debajo del punto triple. Diferentes sustancias tienen diferentes puntos triples.