En el mundo biológico, un sistema abierto es uno en el que los materiales y la energía se transfieren entre los organismos y el ambiente exterior. En un sistema abierto, hay algún tipo de límite que permite la energía o los materiales cruzar con el propósito de crecimiento y cambio.
En la naturaleza, todos los seres vivos se consideran sistemas abiertos, ya que continuamente intercambian energía y materia con su entorno y, a veces, alcanzan un punto de equilibrio. Los organismos vivos se modifican constantemente en reacción al medio ambiente y, por lo tanto, se consideran sistemas abiertos.
En contraste, un sistema cerrado es aquel en el que no entra ni sale ningún material. Un sistema cerrado es independiente del entorno y alcanza un punto de equilibrio más fácilmente.