Las baterías de papa usan los ácidos de la papa para iniciar una reacción con dos electrodos hechos de diferentes metales que hacen que los electrones fluyan de uno a otro a través de la papa, lo que produce energía. La papa actúa como un puente salino, que conecta el ánodo, o electrodo negativo, al cátodo, o electrodo positivo. La papa no es una fuente de electricidad por sí sola.
Las baterías de papa requieren dos electrodos de metal diferentes con diferentes cualidades eléctricas para funcionar. Los materiales más comunes son el zinc y el cobre. Los ácidos en la papa reaccionan con los metales, creando un desequilibrio de electrones en cada electrodo. Debido a que mantiene separados los iones formados por la reacción, pero conduce la electricidad a través de su agua y electrolitos, la reacción obliga a los electrones a moverse en el electrodo de cobre. Este movimiento de electrones es una corriente eléctrica y es suficiente para alimentar pequeños dispositivos.
Algunos científicos han investigado la papa como una forma práctica de poder. Si bien muchas plantas diferentes pueden servir como baterías, las papas son especialmente duraderas debido a su alto contenido de almidón. No se pudren fácilmente ni atraen plagas en la misma medida que las frutas y otras alternativas. Cocinar las papas reduce su resistencia eléctrica y en realidad las hace mucho más poderosas que las baterías.
