El ritmo cardíaco rápido, también conocido como taquicardia, se puede tratar con movimientos físicos simples conocidos como maniobras vagales o con medicamentos antiarrítmicos administrados en un hospital, según la Clínica Mayo. En situaciones de emergencia Se pueden usar descargas eléctricas para restablecer el ritmo normal del corazón.
Las maniobras vagales, como toser, agacharse como si tuvieran un movimiento intestinal y poner una bolsa de hielo en la cara afectan el nervio vago, que regula el latido del corazón, dice la Clínica Mayo. Si tales maniobras no tienen éxito, la administración de flecainida o propafenona puede ser necesaria.
La ablación con catéter puede prevenir la taquicardia, según la Clínica Mayo. Tal procedimiento puede ser apropiado cuando el aumento de la frecuencia cardíaca se debe a la presencia de una vía eléctrica adicional en el corazón. Los electrodos en las puntas del catéter dañan la vía adicional, impidiendo que envíe las señales eléctricas que causan un aumento en la frecuencia cardíaca. En algunos casos, la cirugía a corazón abierto puede ser necesaria para destruir esta vía. La cirugía generalmente solo se usa como último recurso.
Los marcapasos y los desfibriladores cardioversores implantables también previenen la arritmia cardíaca, señala la Clínica Mayo. Los marcapasos utilizan pulsos eléctricos para mantener un ritmo cardíaco normal. Los desfibriladores cardioversores implantables son particularmente apropiados para aquellos que son más propensos a los episodios de taquicardia que amenazan la vida.