Los combustibles renovables son combustibles hechos de recursos renovables. Donde los combustibles fósiles son finitos, los combustibles renovables son infinitos y los ejemplos de combustibles renovables incluyen el aceite vegetal como combustible y el metanol hecho de dióxido de carbono.
Los combustibles renovables se están volviendo más populares porque pueden fabricarse y usarse con poco o ningún daño al medio ambiente. Producen menos gases de efecto invernadero porque pueden fabricarse utilizando tecnologías como la energía solar y eólica. Además de ayudar a salvar el medio ambiente, los combustibles renovables reducen la dependencia mundial del petróleo.
Otros ejemplos de recursos renovables incluyen, cebada que se puede usar para el etanol; algas, que producen combustible para aviones y aceite de girasol, que pueden convertirse en biodiesel.