Uno de los únicos descomponedores que pueden sobrevivir en el desierto son las bacterias porque son pequeñas y pueden sobrevivir en el aire. Otros descomponedores, como los milpiés, las lombrices y los escarabajos, también viven en el desierto, pero tienen dificultades para sobrevivir porque dependen de áreas húmedas.
El papel de los descomponedores en la naturaleza es reciclar la materia muerta, lo que ayuda a que los nutrientes fluyan. Debido a su pequeño tamaño, los descomponedores son capaces de descomponer porciones de plantas y animales muertos. El trabajo que realizan los descomponedores ayuda a garantizar que el suelo no esté cubierto con basura. Esto es crucial para mantener el equilibrio de la naturaleza.