Los factores que afectan la velocidad de la intemperie son la humedad, la composición de las rocas, las altas temperaturas, la vegetación y el viento. En un ambiente cálido y húmedo, la intemperie tiende a ser rápida. En climas secos, la intemperie es más lenta.
Las rocas sedimentarias son suaves y se descomponen rápidamente. Las rocas metamórficas, como la pizarra y el mármol, tienden a resistir lentamente. Las rocas de granito y basalto son duras y demoran más en degradarse cuando se exponen a los agentes de la intemperie.
Las precipitaciones afectan la intemperie, ya que el agua corriente tiende a romper las rocas rápidamente. Cuando la tierra está cubierta por vegetación, no se meteoriza rápidamente. Las rocas expuestas directamente al calor, el viento y el agua tienden a meteorizarse muy rápidamente.