El filósofo griego Claudio Ptolomeo creía que el sol, los planetas y las estrellas giraban alrededor de la Tierra. Esta creencia dio paso a la antigua teoría griega de un modelo geocéntrico o ptolemaico del universo. "Geocéntrico" se refiere a la creencia de que la Tierra es el centro del universo.
Los antiguos astrónomos griegos creían que los planetas seguían patrones circulares perfectos. Los astrónomos observaron patrones de movimiento celestial, como la luna que se levanta una hora más tarde cada día y el cambio del sol en el camino a través del cielo.
El sistema ptolemaico era conocido por su serie de círculos complejos. Ptolomeo creía que cada planeta orbitaba alrededor de un círculo o epiciclo. Un epiciclo es un modelo geométrico utilizado para explicar las variaciones en la velocidad y la dirección en relación con la luna, el sol y otros planetas. El epiciclo orbitaba alrededor de un círculo más grande, conocido como el deferente. El deferente es un círculo, y su centro es el punto intermedio entre el planeta en órbita y la Tierra.
En 1514, Nicolás Copérnico, un astrónomo polaco, refutó el sistema geocéntrico con su propia teoría del universo, conocida como el modelo heliocéntrico. En el modelo de Copérnico, la Tierra y otros planetas orbitaban el sol. Sin embargo, no fue hasta que Johannes Kepler introdujo sus leyes de movimiento planetario que los modelos orbitales del sistema geocéntrico finalmente fueron desacreditados. Kepler demostró que los planetas siguen una órbita elíptica alrededor del sol en lugar de una órbita circular perfecta.