La lluvia es necesaria como fuente de agua dulce, que es esencial para la supervivencia de los seres humanos, las plantas y los animales. La lluvia llena los acuíferos, lagos y ríos, manteniendo la vida de los organismos vivos. La lluvia mantiene características naturales, como los bosques.
El proceso de evaporación agota las fuentes de agua dulce y requiere la lluvia para reemplazar la pérdida de agua. La lluvia es esencial porque elimina la necesidad de transportar agua hacia el interior y las actividades de desalinización. El flujo de minerales dentro del suelo, y de la tierra al mar, está mediado por la lluvia. Se necesita lluvia para sostener los procesos agrícolas, como la agricultura y el pastoreo de ganado.