Algunos materiales dieléctricos comunes incluyen mica, plásticos, vidrio, porcelana y varios óxidos metálicos. El aire seco también sirve como un dieléctrico superior y cumple esa función en algunos tipos de líneas de transmisión y condensadores variables. El agua destilada sirve como un dieléctrico justo, mientras que un vacío tiene una eficiencia considerable en este papel.
Los materiales dieléctricos conducen la electricidad de manera deficiente pero brindan soporte para campos electrostáticos. Minimizar el flujo de corriente entre los polos eléctricos opuestos y al mismo tiempo permitir que las líneas de flujo electrostático corran libremente permite que un campo electrostático almacene energía. Esto tiene aplicaciones con condensadores en radiofrecuencias y en la construcción de líneas de transmisión de radiofrecuencia.
La razón por la que las sustancias con altas constantes dieléctricas (como el óxido de aluminio) son tan valiosas es que permiten la construcción de condensadores de alto valor con un volumen mínimo. Sin embargo, estos materiales generalmente carecen de la capacidad de sobrevivir a campos electrostáticos intensos con la misma fuerza que el aire, que tiene una constante dieléctrica baja. Si el voltaje que recorre un material dieléctrico aumenta demasiado, lo que hace que el campo electrostático sea demasiado intenso, el material comienza a conducir la corriente. Conocido como ruptura dieléctrica, este proceso se invierte si el dieléctrico es un gas o líquido, lo que hace que el voltaje vuelva a estar por debajo del nivel crítico. Si el dieléctrico es sólido, la ruptura a menudo conduce a un daño duradero.
