Las superficies no porosas incluyen vidrio, metales procesados, cuero y plásticos, y además se dividen en superficies rugosas y lisas. Las superficies lisas no porosas incluyen vidrio y superficies pintadas o barnizadas. Las superficies rugosas no porosas incluyen superficies texturadas como vinilo y cuero.
Ejemplos de superficies porosas incluyen cartón, papel y madera sin tratar. La porosidad se define por los espacios dentro de la superficie del material. El vidrio, los plásticos y los metales procesados se producen al fundir los ingredientes básicos y luego enfriarlos, creando una superficie uniforme sin cavidades. La porosidad afecta a ciertas industrias; por ejemplo, la porosidad de la roca es necesaria cuando se perfora un pozo de petróleo debido a razones económicas. En la recuperación de huellas dactilares latentes, la porosidad de la superficie determina qué método se utiliza para recuperar la huella dactilar. Una superficie no porosa se procesa inmediatamente, porque la impresión está en la superficie y se distorsiona durante el viaje.
