La glucosa proporciona una fuente de energía para el cuerpo humano. Los expertos de la Universidad Estatal de Georgia dicen que la glucosa es el azúcar simple más importante utilizado para el metabolismo humano.
El cuerpo humano convierte los carbohidratos en glucosa. Los carbohidratos se encuentran en alimentos como la pasta, las frutas, el arroz, las verduras y los productos horneados. En personas sanas, una hormona llamada insulina ayuda a que la glucosa ingrese a las células.
Las personas con diabetes no producen insulina o no pueden usarla para transportar la glucosa a sus células. Esto permite que la glucosa se acumule en el torrente sanguíneo, una condición conocida como alto nivel de azúcar en la sangre. Si la glucosa no ingresa a las células, el cuerpo no puede usarla para obtener energía, incluso si hay una gran cantidad de glucosa disponible.
En los humanos, la glucosa se convierte en trifosfato de adenosina a través del proceso de respiración celular. Este proceso se compone de cuatro pasos llamados glucólisis, la reacción de transición, el ciclo de Krebs y la cadena de transporte de electrones.
Durante la glucólisis, la glucosa se convierte en ácido pirúvico. Cada molécula de glucosa utilizada durante esta etapa produce dos ATP, según el Departamento de Biología de la IUPUI. El ácido pirúvico se convierte en una sustancia llamada acetil CoA durante la reacción de transición. No se produce ATP durante esta etapa de la respiración celular.
Los átomos de hidrógeno se eliminan de la acetil CoA durante el ciclo de Krebs. Esta etapa de la respiración celular produce cuatro ATP. Finalmente, los electrones de los átomos de hidrógeno son transportados a la cadena de transporte de electrones. El resultado final es un 32 ATP adicional por cada glucosa.