El antiguo Egipto tenía una economía agrícola, y si bien hay poca evidencia que sugiera que el estado les dijo a los agricultores qué cultivar, hubo inspecciones de calidad y se recaudaron impuestos. Al principio, los antiguos egipcios no tenía un sistema de acuñación de monedas, lo que significaba que se basaban en el intercambio de sacos de maíz y grano por productos.
La mayor parte de la riqueza del antiguo Egipto provino de la agricultura, que incluía la cría de animales, la pesca y el cultivo. Además, las personas manipularían y fabricarían materias primas en su hogar para producir ropa, y, finalmente, las ciudades más grandes vieron surgir fábricas propiedad de miembros más ricos de la sociedad. Se practicó la minería, pero los materiales encontrados se usaron para herramientas en lugar de acuñaciones durante la mayor parte del antiguo período egipcio.
Hay poca evidencia que sugiera que los funcionarios les dijeron a los agricultores qué debían producir. La mayoría de las personas eran autosuficientes y, aunque los bienes se recolectaban en forma de impuestos, a muchos les quedaba suficiente para almacenar como excedente. Como inicialmente no había ninguna forma de acuñación en el antiguo Egipto, era posible utilizar este excedente como una forma de trueque. Cualquier comercio fuera de la región local tuvo lugar entre mercaderes del mercado que actuaban en nombre del Faraón y las grandes propiedades.