En 1824, Joseph Fourier fue el primero en argumentar sobre la existencia del efecto invernadero. Svante Arrhenius cuantificó completamente el efecto invernadero en 1896.
El efecto invernadero es causado por niveles elevados de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, en la atmósfera terrestre. La atmósfera atrapa la radiación de los rayos del sol que la golpean.
En condiciones normales, el 30 por ciento de la radiación se refleja en el espacio. Una mayor concentración de dióxido de carbono interrumpe la reflexión; demasiada radiación queda atrapada, y la Tierra se calienta demasiado.
El Protocolo de Kyoto se firmó en 1997. Todos los países que lo firmaron se comprometieron a limitar sus emisiones de dióxido de carbono para evitar aumentos adicionales en la temperatura de la Tierra.