La etapa 4, también conocida como etapa final, de la hepatitis C significa que el hígado se ha dañado gravemente y que el paciente sufre una insuficiencia hepática, según la Clínica Mayo. Las personas diagnosticadas con hepatitis C terminal o cirrosis generalmente necesitan un trasplante de hígado para sobrevivir.
Los síntomas de la cirrosis causada por la hepatitis C incluyen sangrado fácil o moretones, coloración amarillenta de los ojos y la piel, picazón intensa y náuseas, afirma la Clínica Mayo. Algunos pacientes pueden experimentar una pérdida de apetito, hinchazón en el abdomen o las piernas causada por la acumulación de líquido, dificultad para concentrarse o problemas con la memoria.
Una vez que el hígado ha perdido toda o la mayor parte de su función, los pacientes suelen sufrir sangrado en el tracto gastrointestinal y una acumulación de toxinas en el torrente sanguíneo que causa daño cerebral y del sistema nervioso, informa la Clínica Mayo. En algunos pacientes, la cirrosis causa cáncer de hígado.
Hay una variedad de medicamentos que se recetan a quienes padecen hepatitis C; Sin embargo, los efectos secundarios pueden ser difíciles de manejar. Las drogas como simeprevir o sofosbuvir se combinan con interferón y ribavirina para curar a los pacientes de manera oportuna, con pocos efectos secundarios, señala WebMD. Los pacientes que pueden tratar la hepatitis C rápidamente pueden detener el crecimiento y potencialmente evitar la hepatitis C en etapa terminal o la cirrosis.