La comida que no se digiere correctamente en el estómago se empuja a través del resto del tracto gastrointestinal y sale del cuerpo a través del recto como heces. El cuerpo trata los alimentos no digeridos como cualquier otra sustancia que el estómago no puede descomponer.
La incapacidad del cuerpo para extraer completamente los nutrientes de los alimentos se conoce como malabsorción. Esto puede ocurrir debido a una escasez o interrupción de las enzimas digestivas. Los síntomas de la malabsorción incluyen diarrea, pérdida de peso y heces incómodamente grandes y con olor ofensivo. Los doctores prueban la posible malabsorción al examinar las heces para determinar la grasa. En algunos casos, es necesaria una biopsia del intestino delgado.