La ciencia es importante porque influye en la mayoría de los aspectos de la vida diaria, incluidos los alimentos, la energía, la medicina, el transporte, las actividades de ocio y más. La ciencia mejora la vida humana en todos los niveles, desde la comodidad individual hasta los problemas globales.
La investigación científica es responsable de aumentos dramáticos en la producción de alimentos, transformando la forma en que los humanos consumen alimentos. En la década de 1940, los biólogos desarrollaron nuevas variedades de cultivos, como el maíz, el trigo y el arroz, que podrían producir cosechas mucho más productivas de un solo campo. Junto con los desarrollos en fertilizantes y pesticidas, este aumento en el suministro de alimentos se conoció como la Revolución Verde. Este aumento dramático en los alimentos cambió la forma en que funciona la agricultura.
La ciencia también es responsable de innumerables avances en la medicina moderna. Las enfermedades que una vez mataron a millones ahora son fácilmente despachadas gracias a desarrollos como las vacunas y los antibióticos. Incluso las prácticas que en su mayoría se dan por sentado, como el lavado de manos, provienen del conocimiento científico. Los científicos en el siglo XIX primero teorizaron que las enfermedades eran causadas por gérmenes microscópicos, y la prevalencia del lavado de manos como una estrategia para prevenir la propagación de gérmenes existe gracias a la investigación científica.
La ciencia también es responsable del uso humano de la electricidad, un componente vital de la vida moderna. Sin la investigación pionera de científicos como Ben Franklin y Alessandro Volta, no habría luces eléctricas, ni teléfonos, ni televisores ni computadoras.