Hornear un pastel es un cambio químico, no un cambio físico. Un cambio físico no produce una sustancia nueva, ya que solo implica un cambio de estado, como la fusión de la mantequilla o el congelamiento del agua. Una torta terminada, por otro lado, es completamente diferente de los ingredientes que se usaron para hacerla.
Hornear un pastel implica muchas reacciones químicas diferentes que resultan en un delicioso postre. El agente de fermentación reacciona con los otros componentes y el calor para crear dióxido de carbono. Este gas y el vapor generado se atrapan en pequeñas cámaras a lo largo de la estructura de proteínas creada por el líquido, la harina y los huevos. Estas reacciones crean la textura de la torta y le dan ligereza.