Los subíndices en una ecuación química es el número en la parte inferior derecha de un elemento químico que le dice a un químico cuántos átomos de ese elemento están presentes en la ecuación. Por otro lado, los superíndices en una ecuación química son las notaciones de una carga iónica positiva o negativa.
Estas notaciones químicas son fundamentales para equilibrar una ecuación química y para comprender el resultado cuando se combinan ciertas sustancias. Por ejemplo, si una ecuación química tiene tres átomos de oxígeno a la izquierda, entonces el lado derecho debe terminar con tres átomos de oxígeno (hasta que se introduzcan los coeficientes). Los subíndices nunca deben cambiar de un lado de la ecuación al otro. Las ecuaciones químicas son similares a las ecuaciones matemáticas y todo se debe tener en cuenta para tener una fórmula completa.
Un ejemplo útil es el agua. El agua se escribe como H2O, pero con los dos como un subíndice a la derecha de la H. Los dos representan dos átomos de hidrógeno unidos al oxígeno.
Del mismo modo, los superíndices también deben mantener el equilibrio en las ecuaciones químicas. Los superíndices les dicen a los científicos qué carga iónica tiene el átomo. Si es positivo, entonces es un catión. Si es negativo, entonces es un anión.