El ladrón y el mayal eran símbolos que connotaban las responsabilidades de un faraón para gobernar Egipto. El ladrón del pastor simbolizaba el rebaño del pueblo de Egipto, mientras que el mayal era una herramienta agrícola utilizada para cosechar el grano. Ambas herramientas, llevadas como cetros simbólicos, significaban poder y responsabilidad para el faraón.
Los egiptólogos creen que el ladrón y la flauta eran objetos esenciales llevados por los faraones. Los objetos metálicos estaban destinados a ser sostenidos en las manos del gobernante, a través del cofre, y los nuevos reyes procesados con un sinvergüenza durante las ceremonias de coronación. Los objetos fueron especialmente importantes durante eventos especiales que demostraron el poder de un faraón. El ladrón es curvo, como un gancho unido a una varilla larga. Un flail es una varilla unida a tres hebras de cuentas.
Tal vez el mejor ejemplo de tales símbolos, a partir de 2014, se encontró en la tumba del rey Tutankamon. El ladrón y el mayal que se encuentran en la tumba del rey Tut están hechos de aleaciones de cobre, vidrio azul y oro. Las tapas de los extremos del ladrón y flail del faraón están inscritas con su nombre. Los cetros se encontraron en una caja real al lado de los restos momificados del rey.
El ladrón y el mayal se originaron como símbolos de los dioses egipcios, generalmente Ra y Osiris. La representación más antigua conocida de un rey egipcio que sostiene al ladrón y la flauta es de una pequeña estatua de Ninetjer, un rey de la Segunda Dinastía.