El Gran Compromiso resolvió el problema de la representación en la legislatura de los Estados Unidos. Los estados grandes querían una mayor representación debido a su mayor población, y los estados más pequeños querían que todos los estados estuvieran representados por igual.
El 16 de julio de 1787, el Gran Compromiso, también conocido comúnmente como el Compromiso de Connecticut en un gesto con la cabeza a Oliver Ellsworth y Roger Sherman, los delegados del Congreso de Connecticut que crearon el compromiso, resolvieron un debate que amenazaba con destruir todo el plan para el Senado y la Cámara de representantes. En el pasado, cuando los delegados del gobierno en el gobierno de los EE. UU. Pensaban que el Congreso estaría compuesto por un número específico de representantes de cada estado en una sola sala. Sin embargo, la pregunta que molestó a estos primeros políticos fue la siguiente: ¿cuántos representantes deberían otorgarse a cada estado?
El centro del debate Los estados más grandes estuvieron de acuerdo con el Plan de Virginia, que dictaba que cada estado debería basar su número de representantes en la población. Esencialmente, los estados más grandes argumentaron que, dado que contribuían con más recursos a la nación, deberían obtener mayores representaciones en las casas. Los estados más pequeños favorecieron el Plan de Nueva Jersey, que pedía que cada estado tuviera exactamente el mismo número de representantes. Estos estados más pequeños pensaron que el Plan de Virginia era injusto y exigieron que ambas cámaras tengan una representación completamente igual para todos los estados. Este desacuerdo fue tan acalorado que amenazó con destruir la Constitución de los Estados Unidos antes de que se creara.
El argumento se calienta El argumento se calentó tanto que el delegado de Delaware, Gunning Bedford Jr., amenazó con que los estados más pequeños tuvieran que alinearse con un aliado extranjero "que los tomará de la mano y les hará justicia". El delegado de Massachusetts, Elbridge Gerry, respondió que los estados nunca fueron independientes, por lo tanto, los estados pequeños no podían reclamar la soberanía. Finalmente, Roger Sherman, el delegado de Connecticut, propuso que el Congreso se componga de dos cámaras: el Senado y la Cámara de Representantes. Sherman sugirió además que cada estado debería enviar el mismo número de representantes senatoriales y un solo representante de la Cámara por cada 30,000 personas en la población del estado.
El compromiso gana el día Este acuerdo se conoció como el Gran Compromiso, y es lo que permitió que la creación de la Constitución avanzara a pesar de un desacuerdo que amenazó con hacer que representantes de grandes estados y pequeños estados abandonaran la mesa. Apaciguó a los estados pequeños y grandes. Esta nueva estructura y los poderes del Congreso, junto con el Gran Compromiso, se explicaron en los Documentos Federalistas de James Madison y Alexander Hamilton. Para determinar de manera justa el número de representantes de cada estado que van a la Cámara, el gobierno se sometió a un proceso conocido como prorrateo, que fue el primer censo. En 1790, había cuatro millones de personas viviendo en los EE. UU., Y el número total de miembros que iban a la Cámara de Representantes se fijó en 106, un número que luego cambiaría al número actual de 435 en 1911.
Mantener las cosas justas El gobierno utiliza la redistribución de distritos, un proceso para cambiar o establecer los límites geográficos de cada estado para asegurarse de que cada estado obtenga una representación justa y equitativa en la Cámara de Representantes. Esto evita que las áreas urbanas con alta densidad de población se vuelvan más poderosas que las áreas rurales en el ámbito político.