Si la Tierra no tuviera inclinación axial, no habría estaciones. El clima se mantendría igual para una ubicación determinada en la Tierra durante todo el año, y la vida como se conoce comúnmente probablemente no existiría.
Según un profesor de la Universidad Estatal de Nuevo México, la Tierra tiene una inclinación axial de 23.5 grados desde la vertical. Esto se enfrenta de la misma manera a lo largo del año y afecta la cantidad de luz solar que recibe el hemisferio norte y el sur en un punto determinado del año. Durante el verano en el norte, el eje de la Tierra apunta hacia el sol, lo que permite una mayor concentración de luz solar por unidad de área de la superficie de la Tierra. La situación se invierte por debajo del ecuador. A medida que avanza el año, los hemisferios cambian de lugar con el norte apuntando en dirección contraria al sol y el sur apuntando hacia él y viceversa. Durante la primavera y el otoño, el norte y el sur reciben cantidades iguales de luz solar. En los polos, este efecto lleva a seis meses de luz durante el verano y seis meses de oscuridad durante el invierno.
Sin la inclinación axial, este cambio no se produciría. La Tierra obtendría la misma cantidad de luz solar todo el tiempo y las estaciones no existirían.