La Tierra gira alrededor del Sol aproximadamente una vez cada 365 días, lo que determina la duración del año y determina el ciclo de las estaciones. También existe una ligera variación en la distancia promedio de la Tierra al Sol. El planeta es un camino ligeramente elíptico que hace que las estaciones en el hemisferio sur sean algo más extremas que las del hemisferio norte.
La Tierra está algo inclinada sobre su eje, lo que hace que el primero, luego el otro, el hemisferio reciba más luz solar en diferentes épocas del año. Cuando un hemisferio se inclina hacia el sol, sus días son más largos y se absorbe más luz solar. Esto es lo que causa el verano. La Tierra está más cerca del Sol, mientras que el Hemisferio Sur está inclinado, lo que le da a las latitudes del sur más energía solar en el verano y menos en el invierno que las latitudes del norte equivalentes.
La revolución de la Tierra alrededor del sol también ha tenido un efecto en la ciencia. La órbita de la Tierra tiene un diámetro de alrededor de 186 millones de millas, proporcionando una gran línea de base para medir el paralaje de las estrellas cercanas y ayudar a calibrar sus distancias. La revolución del planeta también se ha utilizado para calcular la velocidad de la luz mediante la observación de Júpiter y sus lunas a varias distancias.