Todos los países africanos, excepto Liberia y Etiopía, estuvieron bajo el gobierno imperialista entre 1750 y 1914. los países europeos se apresuraron a tomar control de los países africanos para mejorar su posición económica, social y política. A pesar de la resistencia de los africanos, todos los países, excepto dos, fueron colonizados bajo el control europeo.
La razón principal de la atracción de los imperialistas a África fue económica. La Revolución industrial expandió los mercados, lo que aumentó la necesidad de materias primas y nuevos lugares para facilitar mayores ganancias. El rentable comercio de esclavos había terminado y el intercambio de bienes entre África y Europa había aumentado. Esta relación cambió cuando los europeos decidieron tomar tierras y recursos africanos.
Numerosos países competían por la prominencia política en Europa. Ganar territorio fue una forma de lograr este objetivo, y algunos países consideraron a África como una forma de lograr ese objetivo. España, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Gran Bretaña y Bélgica se apresuraron a reclamar el territorio antes que sus rivales.
Europa también miró a África como una solución a sus problemas sociales que fueron el resultado directo de la industrialización, incluida la falta de vivienda, el desempleo y la pobreza.
La Ley de Berlín se redactó como resultado de la Conferencia de Berlín celebrada entre noviembre de 1884 y febrero de 1885. Este tratado definía cómo los territorios debían dividirse y ocuparse, y establecía normas relativas al comercio, la navegación y la trata de esclavos.