Los científicos miden la tectónica de placas utilizando satélites GPS, y usan modelos informáticos que simulan los movimientos de las placas tectónicas de la Tierra para tratar de predecir futuros movimientos de placas. Utilizando satélites GPS junto con receptores GPS en el En tierra, los científicos miden la velocidad de movimiento de la corteza terrestre.
Los científicos empezaron a usar satélites GPS para medir la tectónica de placas en la década de 1980. Un terremoto de magnitud 7.1 que afectó a San Francisco permitió a los científicos medir los movimientos de los marcadores GPS que ya estaban colocados a lo largo de la falla de San Andrea. Estos datos de GPS permitieron a los científicos determinar la dirección y el patrón del movimiento de la falla.
La precisión de los satélites GPS les brinda a los científicos los medios para medir múltiples tipos de movimientos de placas. Los investigadores instalan receptores de GPS en ciertos puntos de monitoreo y recolectan datos una vez al año, lo que les permite medir el lento movimiento de las placas entre los terremotos. Para el rápido movimiento sísmico que se produce durante y después de un terremoto, los científicos capturan el movimiento utilizando receptores GPS permanentes que recopilan datos a una velocidad rápida.
Los científicos usan modelos informáticos para investigar la forma en que el flujo del manto debajo de la corteza terrestre afecta la tectónica de placas. Estos modelos simulan cómo las capas superiores del manto empujan y tiran de las placas tectónicas sobre ellas.