Las plantas acuáticas pueden absorber el dióxido de carbono (CO2) que necesitan para producir alimentos directamente del agua que las rodea a través de sus hojas, al igual que las plantas terrestres obtienen dióxido de carbono del aire. El agua proporciona los nutrientes necesarios para que una planta acuática "respire" bajo el agua.
Las plantas producen alimentos a partir de un proceso químico llamado fotosíntesis, que combina dióxido de carbono, agua y luz solar para producir glucosa. Las plantas acuáticas pueden absorber el dióxido de carbono que se ha disuelto en el agua en la que viven. Este dióxido de carbono puede originarse en la atmósfera o en animales y bacterias a través de la respiración. Este proceso de dióxido de carbono que ingresa al agua ocurre naturalmente como parte del equilibrio atmosférico.
Las plantas subacuáticas también tienen vástagos especialmente diseñados para permitir que el gas se intercambie entre las hojas donde se absorbe del agua. Además de transportar el dióxido de carbono, el agua es absorbida por la planta. La otra parte vital de la nutrición de las plantas, la luz solar, puede pasar a través del agua. Al utilizar la luz solar como fuente de energía, las plantas acuáticas pueden combinar el agua que las rodea con el dióxido de carbono que se absorbe a través de las hojas para crear alimentos en forma de glucosa.