La ginebra de algodón, patentada por Eli Whitney en 1794, era una máquina que eliminaba de manera eficiente las semillas de las fibras de algodón. Este revolucionario dispositivo hizo posible que el algodón se convirtiera en la principal exportación estadounidense a mediados de El siglo XIX. Desafortunadamente, también fortaleció la institución de la esclavitud.
El algodón creció bien en el sur de Estados Unidos, pero requería mucha mano de obra, lo que requería días largos y agotadores en el verano y un trabajo tedioso para eliminar las semillas del algodón en el invierno. Un recolector de algodón típico podría procesar una libra de algodón de fibra corta, el tipo más común, por día. Una ginebra de algodón con manivela, por el contrario, podría eliminar las semillas de 50 libras de algodón al día.
Este invento cambió radicalmente la economía estadounidense. Los productores de algodón del sur sembraron cultivos más grandes, mientras que las fábricas textiles del norte crecieron para aprovechar el repentino bajo costo del algodón. Para 1860, el sur de Estados Unidos proporcionaba aproximadamente dos tercios del algodón vendido en todo el mundo, enviándolo desde puertos prósperos como Nueva Orleans y Charleston. Sin embargo, para cosechar y procesar esos cultivos, los sureños necesitaban más trabajadores. La población de trabajadores esclavizados se multiplicó por cinco en 1850, y una proporción mayor trabajaba en los campos de algodón que nunca antes. En el momento de la Guerra Civil, el asombroso invento de Whitney había llevado a un sur de Estados Unidos que dependía en gran medida de la esclavitud para su prosperidad.