Las estrategias reproductivas son técnicas de comportamiento y desarrollo que los organismos emplean para maximizar sus posibilidades de atraer parejas para continuar con sus especies al transmitir sus genes, explica Nature Education. Los ecólogos clasifican las estrategias reproductivas en las categorías de r -selección y selección K, señala Montana State University.
Los organismos que viven en entornos inestables tienden principalmente a utilizar estrategias r, explica la Universidad Estatal de Montana. Para el estratega r, el objetivo es producir muchos descendientes lo más rápido posible sin invertir mucho cuidado en cada descendencia individual. Dado que los estrategas r viven en entornos inestables, a menudo peligrosos y tienen una vida corta, su interés reproductivo es producir grandes cantidades de descendientes. Esto se debe a que es esencialmente un hecho que muchas de las progenies no sobreviven a la maduración y se reproducen. Ejemplos de organismos que se reproducen de esta manera son las bacterias, los insectos y el salmón.
Por el contrario, los organismos que llevan vidas más estables y tienen vidas más largas tienen más probabilidades de emplear estrategias K, señala la Universidad Estatal de Montana. Estos organismos, algunos de los cuales incluyen elefantes y humanos, son físicamente más grandes y tienden a madurar a un ritmo más lento. Tienen solo unas pocas crías por organismo individual, lo que les permite invertir más esfuerzo en la crianza de la progenie. Sus descendientes tienen una alta probabilidad de sobrevivir hasta la edad reproductiva, por lo que es más ventajoso invertir más recursos en solo algunos de ellos.
Muchos organismos no encajan perfectamente en las categorías de estrategas r o estrategas K. Más bien, muchos organismos tienen estrategias reproductivas que se encuentran entre los dos, y algunos adaptan sus estrategias reproductivas a sus condiciones de vida actuales, explica la Universidad Estatal de Montana.