Los seres vivos son estructuras biológicas que responden a cambios en el medio ambiente o dentro de sus propias entidades. Esto incluye animales, plantas, hongos y los organismos unicelulares conocidos como bacterias. Los seres vivos tienen organizaciones bioquímicas complejas que les permiten procesar sustancias y utilizar energía para responder a los cambios a su alrededor.
Según la tecnología de Nuevo México, todos los seres vivos muestran las siete características de la vida. El primero de ellos es que están formados por células. Los organismos unicelulares tienen una sola célula que completa todas las tareas necesarias de la vida, mientras que los organismos multicelulares tienen muchas células especializadas. Los seres vivos también están organizados de manera compleja, tanto a nivel molecular como celular. En los organismos multicelulares, las células se organizan en tejidos y los tejidos se organizan en órganos.
Para ser considerado un ser vivo, una estructura debe tomar energía y usarla no solo para responder al medio ambiente, sino también para crecer y mantenerse. Los seres vivos crecen de varias maneras; las células se dividen para formar nuevas células, las células se hacen más grandes y un organismo aumenta de tamaño a medida que aumenta su número de células. La sexta característica de la vida es la capacidad de reproducirse, y la séptima es la capacidad de adaptarse al entorno. Aunque los organismos individuales pueden no satisfacer estas dos características finales, los grupos de organismos similares deben ser considerados como "seres vivos".