Una cosa que no vive es un cuerpo u objeto que está inanimado o muerto. Es cualquier cosa que carece o deja de mostrar las características de la vida. Una de las características y diferencias más significativas de un no vivo para un ser vivo es su falta de protoplasma, que es la sustancia viva de las células. Sin protoplasma, las cosas que no viven no son capaces de reproducirse, crecer, moverse, respirar y metabolizar.
Las cosas no vivas se clasifican en dos tipos principales: cosas que nunca fueron parte de cualquier entidad viviente y cosas que alguna vez fueron parte de una cosa viva. Cualquier elemento químico, como el oro, el cobre y la plata, son ejemplos del primer tipo. El primer tipo se puede dividir en dos clasificaciones: cosas no vivas artificiales y naturales. Los autos, lápices y bolsas son ejemplos de objetos artificiales, mientras que el suelo, el aire, el agua y la piedra son cosas que no viven en la naturaleza. El carbón, que se forma cuando la materia vegetal muerta se descompone en turba, es un ejemplo del segundo tipo de cosas que no viven. El papel, aunque no vivo, está hecho de árboles.
Las cosas no vivas también tienen una duración de existencia ilimitada. Mientras los seres vivos mueren y se descomponen, los no vivientes, como las rocas, las montañas, el aire y el agua han existido durante millones de años. Pueden crecer, pero lo hacen solo por acrecentamiento, que es el proceso de crecimiento al acumular capas añadidas de materia.